El encuentro de seres que presenten determinadas afinidades es algo muy raro. Cuando esto se sucede hemos que recibir este encuentro como un regalo del Universo.
La existencia de estas afinidades excesivas entre nosotras fue lo que suscitó este blog. Con la finalidad primera de estudiar lenguas juntas – el inglés, por supuesto – el destino nos presentó la posibilidad de conocernos al fondo y descubrir transformaciones más complejas que simplemente hablar sobre nuestros sentimientos, pero hablar sobre ellos en una lengua extranjera.
Al final, extranjeros son los sentimientos, extranjeros son las sensaciones, extranjeros los pensamientos, extranjeras son las personas que no soportan vivir como si la vida estuviese lista, como si no pudiéramos cambiar nada.
Escribir en una otra lengua es solamente un detalle. Y un escudo! Como si fuera una poción, un encanto, un hechizo tal vez, como lo quiera llamar, pero algo con que nos podamos defender. Defendernos de nuestros propios sentimientos, o tal vez nombrar cosas diferentes que en nuestra lengua materna sean muy feas. Sentimientos considerados ilegítimos – pero humanos y existentes – que dividen espacio con otros que ennoblecen el hombre.
Por eso nos llamamos brujas. No porque somos malas, pero porque queremos salir del refugio hipócrita donde vivimos como mujeres “casi” comunes. Personas que necesitan fingir actitudes que no son propias, para que consigan convivir con la sociedad común.
Las brujas son personalidades ambiguas. Poseen conocimiento para destruir o para salvar. Conocen las hierbas y las ramas, los arboles y las flores, pero también conocen la luna, el sol y el mar. Respectan los caminos que la naturaleza indica. A pesar de las brujas existieran en el mundo real, sólo los mitos nos pueden mostrar la verdad, ésta que no participa del cotidiano habitual de nuestra vida, ésta que se oculta de los ojos ajenos.
Las ninfas y las musas, seres criados a partir de la imaginación del hombre – pero existentes en sus sueños – son las imágenes que tomamos para presentarnos. Dulce en la mitología, la ninfa de aquí es negra, sin colores, como si estuviera en un espacio ausente. Inspiración para poetas, la musa es malva, mistura del rojo, color encarnado y el azul, color frío, señalando las ambigüedades que producen las brujas.
La Musa Malva
Los cuentos siguen embrujados...
ResponderBorrarUn amigo lejano lo sugerió
Aceptamos porque era un viernes el 13...
Y seguimos reverenciando en español
nuestra amistad.
Ninfa Negra