domingo, 2 de diciembre de 2007

Inspiración traviesa

Quien me inspira, confieso:
Es hombre.
Es increíble cómo los hombres pueden provocar lo mejor
(¡y lo peor!) que hay en una mujer...
Pero no puedo confesar quién es.
Tal vez sea un amigo lejano,
No importa lo lejos que esté...
Porque puede ser lejano aquél que está cerca,
pero no está conmigo...
O aquél que se enseñe ausente
aunque esté a mi lado...
Lejano puede ser aquél que vive en otro sitio,
O que necesite cruzar los mares para encontrarme...
Tal vez sea alguien con quien hablo por la Internet...
O alguien que veo todos los días...
Tal vez no sea un sólo hombre.
Tal vez sean varios...
O un mismo hombre
que me presente varios momentos atrayentes de su vida...
No hay una contestación correcta,
tampoco exacta.
Tal vez todas las respuestas estén adecuadas,
O sigan equivocadas...
El hombre que me inspira
tal vez desconozca el arrebato que me causa...
O tal vez lo sepa...
¡No importa!
Sin embargo, si me preguntases lo que siento por él...
Sólo lo que te podría contestar es que...
¡Tampoco podría decírtelo!
Saberlo y no confesarlo
a mí me parece divertido,
a ti te puede parecer malicioso,
Y a él le puede parecer prohibido...

Ninfa Negra

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