Soy diabólica
y no me cambio por nada
o por nadie.
No busco la maldad.
Ella simplemente está en mí.
Mis intenciones a veces son aviesas,
mis palabras muchas veces son duras
y mi corazón es casi siempre sombrío...
La maldad me puebla
y me hace así
casi feliz en mi tristeza.
Soy mala y reconozco la maldad donde este...
Incluso en ti.
Esta es la diferencia entre nosotros:
Yo admito que sea mala.
Y me acepto así.
Tú quieres cambiarme
(o salvarme)
sin darse cuenta de la maldad que hay en ti.
Ninfa Negra
te comprendo porque yo también soy algo "malito", pero para mí aún no hay nadie que quiera cambiarme
ResponderBorrarquizá sea bueno, por el moomento