Silencio.
Un año sin palabra,
aunque hubo promesas
guardadas en borradores.
Caos.
Pérdida.
Para no decir por decir,
me callé.
Todavía
el tiempo no te ha cambiado.
Eres lo mismo de mis recuerdos.
La risa sardónica,
la pausa en la mirada...
La misma necesidad
de no me preguntar nada.
Una arruga allí, tal vez.
Me recibes
con la misma gana
de dominar mis pensamientos
y devorarme el alma.
Ninfa Negra
que bom que voce voltou, Thata! Voltarei a te acompanhar! beijos!
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