Quinze años se fueran
y sigues igual que antes:
la misma sonrisa
de boca abierta
para devorar almas.
Los mismos ojos de vidrio
de mirada vacía
para enloquecer los tontos
(los que se creen sanos).
Quinze años...
Y eres exactamente la misma:
sucia, contaminada, corrompida.
Antes me atrajeram sus promesas
(ni todas cumplidas).
Hoy lo que deseo
son tus vicios.
Ninfa Negra
(en São Paulo)
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