Duerme ángel que me cuida
porque ahora te voy a velar.
Sueña conmigo.
Imagínate que el aire no logra más sustentarnos
y sólo lo que nos queda es caminar descalzos en la playa helada.
Entrelazaremos nuestras manos
y nuestras lenguas.
Sueña conmigo, sin que nadie sepa cuales son tus imágenes oníricas.
Si lo revelares, te presentarán el pecado
con el mismo ardor que llevas en tus labios al susurrar mi nombre.
Parlarán que yo te he pervertido.
Ángeles no pueden besar siquiera en sueños,
mucho menos en esta playa de arena fría.
Ven. Sueña conmigo. Te velaré para que me beses tranquilo.
Y cuando te despertares, sin dolor o culpa,
nos amaremos en el paraíso.
Ninfa Negra
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