Una mirada severa,
para que la crean inalcanzable.
Silencio,
para que nunca se le sepan lo que piensa.
La boca puede sonreír y parecer maliciosamente cínica
para que la crean misteriosa...
Al revés,
la mirada puede ser severa
porque teme que sus ojos revelen más que desea enseñar...
Se queda en silencio
porque está demasiado sorprendida con sus propios pensamientos
Y sonríe sólo porque está feliz...
Todo depende del momento
o del intento...
Así es la mujer
y toda su ambigüedad...
¿Cómo saber su intento?
No se lo sabe...
Para celebrar o lamentar simplemente
se le adivina...
Ninfa Negra
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