jueves, 27 de diciembre de 2007

La Mascota

El oscuro,
peligroso,
feo y,
deformado animal
que vive en mí,
aquél que carga lo peor que llevo por dentro,
le liberto aquí.

En mi ilusión, creo que le controlo
aunque sepa que he fracasado
al intentar domarle.

Lejos de este sitio
mi mascota es mantenida enclaustrada
para que sus garras no alcancen
quién se le acerque.

Pero la bestia está libre
en este lugar
desprovisto de civilidad.

Comprendo que,
para que la fiera no me mutile,
mi pobre animal necesita su espacio
y es lo que le doy en estas páginas.

Libero la bestia
para que corra por el campo,
para que juegue cruelmente con los más indefensos animales
permitiendo que se divierta con el dolor
de sus (otras) víctimas.

Aquí le permito toda libertad
para que salga
y que hiera quienquiera
en cuanto finjo que leo un libro
distraida bajo un árbol...
(Mientras descanso mi mente
del dolor que cargo...)

Su violencia la defiendo
alegando que mi fiera es tan sólo una pequeña cría
que desconoce a su fuerza.
Todo lo que necesita
para mantenerse tranquila
es alimentar a sus más básicos instintos.

Aquí, y tan sólo aquí,
donde las brujas se encuentran
donde el salado tiene suerte y,
donde el feo es bello,
le permito a mi animal que se revele,
que se enseñe entero
y que se me liberten
los más insanos y primitivos pensamientos.

Ninfa Negra

1 comentario:

  1. Fue editado miles de veces...
    De esta vez para corregir el español y la imprecisa poesía...

    ResponderBorrar