Vengo de la sangre
que corre en los espíritus.
Invado a la esencia de los seres.
Y jamás me corrompo
con lo que veo.
Vivo para observar
la carne que no es mía,
envidiar lo que no me pertenece.
Mientras quieren corrupción
la ofrezco.
Mis placeres son sencillos
accesibles a cobardes y valientes.
Apenas les cobro un beso.
Después me despierto
y me revelo:
soy lágrimas en río.
Me nombran deseo.
Ninfa Negra
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