Piedra de fuego
cruza el cielo
y se cae en el rio.
El agua le abraza.
Por años, nada se pasa
y la piedra es tan sólo esto:
un mineral olvidado por el tiempo,
nada más.
El rio se cambia.
Mueve junto con la tierra que le rodea.
Un día,
después de un temblor,
una rajadura en el suelo se alarga tanto
que el río se cae.
La piedra del fuego,
antes dormida,
es llevada para los pies
de la cascada.
Es en este sitio que la piedra recibe
la fuerza del agua
y algunos rayos de sol.
Así incubada,
la piedra se racha como un huevo
y de ella nace un bello lagarto
rojo,
alado,
con aliento de fuego.
Despierta conociendo su nombre:
Draco.
Ninfa Negra
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