La luna nos cuenta historias sobre un tiempo,
un pasado cuando no estábamos vivos.
Ella nos cuenta que todavía somos chicos.
Somos los niños de ayer
los que insisten en su propia pequeñez.
Sin embargo, la luna nos mira indiferente.
Sus ojos deshacen nuestros velos
y nos descubren como somos,
aunque le contemos nuestras vanas mentiras.
Esta noche la luna está condescendiente
porque está tan pequeña como nosotros.
Está casi sola, excepto por nuestra mirada.
Mañana ella crecerá
y se cambiará en nuestra luz,
nuestro guía.
Mañana habrá otra historia
y otro tiempo.
Habrá cuentos de días de gloria.
Hoy no.
Hoy menguamos como la luna
y seguimos casi solos e indiferentes.
Ninfa Negra
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